Estas y otras afirmaciones han sido contrastadas por Jara Vallueña del Grupo de Investigación en Nutrición, Ejercicio y Estilo de Vida Saludable de la Universidad Politécnica de Madrid. Según su estudio, Jara, asegura que los inapropiados hábitos de vida nos llevan a un “incremento desmesurado del sobrepeso, la obesidad y las patologías asociadas”. Según su investigación la gente ha de dar “un cambio de mentalidad y hay que pasar del tratamiento de las enfermedades a una prevención de las mismas”.
Como experta en nutrición y medicina la base radica en unos buenos modelos de prevención: “los esfuerzos deben de centrarse en fomentar hábitos de vida saludables donde la actividad física y la nutrición cumplen un papel fundamental”.
Según sus palabras es necesario “transmitir y hacer consciente a la población de la importancia de cuidarse uno mismo diariamente con una alimentación variada, equilibrada y moderada realizando actividad física diaria -explica Valtueña-. Como el organismo va cambiando y las demandas no son las mismas, cada grupo de edad necesita cuidarse atendiendo a factores distintos”.
Con estas palabras quiere transmitir que en el niño es importante aumentar la ingesta de proteínas, hierro o el calcio que son nutrientes importantes en el crecimiento y desarrollo y mantener la constante de hacer ejercicio diario durante al menos una hora ya que favorece muchos sistemas fisiológicos.
Por su parte las niñas, debido a la menstruación sufren una pérdida de hierro y el riesgo de padecer osteoporosis se incrementa, por lo que es necesaria una adecuada ingesta de hierro, calcio y vitamina D.
En los adultos el cambio en el metabolismo hace que la actividad física sea al menos de 30 minutos y vigilar de manera constante el tipo de alimentos que se ingiere. Y la investigadora añade: “Es fundamental educar a las personas mayores para que adquieran el hábito de la hidratación constante aunque no se tenga sed”.
Por último la especialista recalca que es importante mantener unos niveles adecuados de vitamina D, para no debilitar los huesos, las contracciones musculares y regular el sistema inmunológico.