Está siendo un invierno frío, de eso no cabe duda. Todas las personas sufrimos las consecuencias del frío pero sus efectos son aún más graves en el caso de los mayores. Por eso, te damos algunas claves para proteger y cuidar a los ancianos del frío.
Como hemos dicho, el frío provoca que la temperatura del organismo descienda, lo que trae consigo problemas de salud en personas mayores de 70 años. Entre estos problemas encontramos, entre otros, aumento de dolores musculares, articulares y óseos derivados de sus patologías cronificadas, tales como artrosis, reumatismos, problemas respiratorios o enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
El mejor efecto contra los efectos del frío es conseguir que la temperatura corporal aumente, aplicando calor de forma externa o bien generando calor en el organismo a través del movimiento y del trabajo del sistema cardiovascular con ejercicio.
Cuidado de ancianos. ¿Cómo protegerlos del frío?
Los especialistas recomiendan seguir una serie de pautas para mitigar el frío en las personas mayores, como aplicar calor seco en las articulaciones afectadas o musculatura que presente dolor. Esto nunca debe hacerse en periodos superiores a 10-15 minutos y no más de 2-3 veces al día. Otra forma de paliar los efectos del frío es evitando, en la medida de lo posible, los cambios bruscos de temperatura y las exposiciones prolongadas al frío de la calle.
Asimismo, los expertos recomiendan tener una rutina de ejercicios matutina y evitar el sedentarismo, realizando ejercicios suaves en los que se muevan todas las articulaciones. En este sentido es muy importante que los ejercicios que realicen nuestros mayores estén prescritos y supervisados siempre por un fisioterapeuta.
¿Y cómo deben ir vestidos? Lo adecuado es utilizar prendas especiales –como prendas térmicas o abrigos ligeros– que abriguen pero no obliguen a los ancianos a realizar un esfuerzo extra por ser de gran peso e impidan su movilidad.
Por último, en cuanto a la alimentación, lo recomendable es evitar las comidas copiosas que exijan un gasto energético extra durante la digestión. Una buena opción son los caldos, que también ayudarán a mitigar el frío de nuestros ancianos.